la hipnosis en el cine

La hipnosis ha sido ampliamente representada en el cine con diferentes enfoques, pero no siempre correctamente, lo cual contribuye a que tengamos una imagen distorsionada y negativa de esta técnica.

En muchos casos se ha utilizado la hipnosis en el cine como herramienta para dominar a otros y obligarles a realizar actos criminales. Esto podemos verlo ya desde el cine mudo como en el filme El gabinete del doctor Caligari, una película expresionista dirigida en 1920 por Robert Wiene y producida por los estudios alemanes UFA. El Dr. Caligari domina mediante la hipnosis a Cesare al que le hace cometer todo tipo de maldades. Aunque luego la historia da una vuelta de tuerca que no os cuento para mantener el misterio para los que no la hayáis visto.

 

 

Fritz Lang, también dentro del movimiento expresionista mostró la hipnosis en sus películas sobre el Dr. Mabuse: El Dr. Mabuse (1922), El testamento del Dr. Mabuse (1933) y Los crímenes del Dr. Mabuse (1960). Hay otras versiones sobre este personaje pero no del maestro Lang.

Mabuse es un personaje nacido de la pluma de Norbert Jacques, natural de Luxemburgo. Tiene una gran capacidad para el disfraz, como Fantomas, y con habilidades como la telepatía y la hipnosis. Estas capacidades las utiliza para el crimen y para inducir a otros a actividades delictivas.

 

 

También hay que mencionar las diversas versiones de Drácula en las que una de las cualidades del personaje es la capacidad de hipnotizar a sus victimas. Así que de nuevo el cine muestra la hipnosis como un instrumento utilizado para el mal, y no es el único caso, también se pueden citar títulos como: Yo anduve con un zombie, dirigida por Jacques Tourneur, en la que se entremezclan la hipnosis, las drogas y el vudú. Os dejo unas imágenes de esta película.

 

 

Siguiendo con otros títulos en los que la hipnosis se utiliza para la manipulación de otros con fines perversos, tenemos El mensajero del miedo, en la que los norcoreanos comunistas, mediante sugestión posthipnótica, manipulan la mente de un prisionero norteamericano al que consiguen sugestionar para que atente contra un candidato a la presidencia de los EEUU. Y en esta línea de espionaje, sugestión y lavados de cerebro hay unos cuantos títulos más, pues es un tema jugoso y que da mucho juego.

Una película muy interesante es Vorágine, protagonizada por la bellísima Gene Tierney, en la que un charlatán sin titulación alguna practica la hipnosis con fines oscuros, pero también vemos su aplicación con fines terapéuticos, en concreto para controlar el dolor. El protagonista se practica una autohipnosis, controla el dolor que le provoca un ataque de apendicitis, sale del hospital y comete un crimen, creyendo que su estado de salud le proporcionará una coartada perfecta. Así pues, en este filme, se ven dos planteamientos sobre la hipnosis: fines oscuros de manipulación mental para el delito, pero también fines terapéuticos.

Otro título en el que se mezclan los efectos terapéuticos de la hipnosis con la manipulación mental de otros, es El malvado profesor Svengali de 1931 protagonizada por John Barrymore, que estuvo nominada a dos premios Óscar: mejor dirección artística y mejor fotografía. La historia está basada en la novela Trilby de George du Maurier.

 

 

Svengali es un profesor de canto que vive en París en la más absoluta miseria. Da clases de cantopara ganar algo de dinero y comida. Además de sus habilidades musicales domina la telepatía y la hipnosis. Trilby es una bella modelo que posa desnuda para pintores y está enamorada de Billy, un joven pintor que también la quiere, pero existen grandes diferencias sociales entre ellos pues Trilby es pobre, mientras que él es de clase acomodada  y su familia jamás aprobaría su Unión con una muchacha humilde.

La joven acude a clases de canto y Svengali se enamora de ella, al tiempo que descubre sus grandes dotes musicales. Con ella utiliza la hipnosis con fines terapéuticos para curarse una jaqueca, pero también utiliza esta técnica con el fin de dominar la mente de la joven, evitar que se case con su amado y anular su voluntad. Svengali la convierte en una gran cantante, aunque ella es tan dependiente de su mentor, que no puede cantar si él no está presente. Siempre canta tras ser sometida a hipnosis. Billy está muy preocupado por el extraño comportamiento de su amada y quiere librarla de la influencia del siniestro Svengali. Éste, temiendo perder a su pupila, bajo hipnosis, le hace fingir su suicidio, para alejarla del joven pintor, y abandonan París. Cinco años después, Svengali y su esposa viajan por Europa y ella tiene gran éxito con su voz prodigiosa. Cuando vuelven a París, el antiguo novio de Trilby, que la creía muerta, la reconoce e intenta librarla del perverso influjo de Svengali.

 

 

Esta película fue muy famosa y en 1955 se filmó otra versión en Inglaterra.

De 1956 es La criatura, que cuenta la historia de una joven ayudante de un misterioso y perverso hipnotizador. Al parecer, la muchacha es descendiente de un horrible monstruo marino de la Prehistoria, y ella se convierte en esta criatura monstruosa cuando su jefe la hipnotiza. Y cuando aparece el monstruo éste mata a todo el que se le pone por delante. Una nueva visión totalmente inadecuada de la hipnosis que genera prejuicios en el sentir general.

En 1962 se rodó Hipnosis, una película cargada de misterio, que en nada contribuyó a mejorar la imagen que se tenia del hipnotismo. Y en 1990 en Italia se realizó una adaptación de dos relatos del genial Edgar Allan Poe. Llevó el título de Los ojos del diablo, e incluyó La verdad sobre el caso del señor Valdemar, y El gato negro. En el primero de los relatos un anciano millonario sobrevive a la muerte gracias al hipnotismo. Su esposa, mucho más joven que él, con ayuda de su amante, mantiene al marido con vida hasta que redacte el testamento. Así que de nuevo se presenta la hipnosis como herramienta para conseguir fines oscuros.

Y en 2007 podemos volver a ver a Valdemar en, la gran pantalla en la película chilena Valdemar de Rodrigo Hidalgo. La historia se desarrolla a finales del siglo XIX, el señor Valdemar está en un hospicio y antes de morir participa como conejillo de indias en un peculiar experimento: una hipnosis postmortem para evitar que el espíritu de Valdemar abandone el cuerpo. Este espíritu amargura a más de uno hasta llegar al hipnotizador.

El rostro es una película sueca de 1958 de Ingmar Bergman con Max von Sydow e Ingrid Thulin. La historia se desarrolla en la Suecia de finales del siglo XIX, que muestra al Dr. Vogler, mago e hipnotizador que viaja en una compañía de artistas ambulantes con su esposa y con una anciana bruja experta en pociones mágicas de amor. Cuando llegan a una ciudad son el blanco de las burlas

Este titulo y otros filmes similares han dado muy mala prensa a la hipnosis creando una imagen totalmente distorsionada, irreal y muy negativa.

Como herramienta curativa podemos mencionar Elemental, Dr. Freud, en la que el padre del psicoanálisis hipnotiza al propio Sherlock Holmes. Otros títulos son: Donnie Darko, Zoolander o El increíble Will Hunting.

 

 

Otro título en el que la hipnosis se practica como herramienta curativa es El séptimo cielo, película francesa de 1997. Matilde es una mujer de 29 años, cleptómana que roba juguetes en los grandes almacenes, y no se encuentra bien, se desmaya con frecuencia, y ya no va a trabajar. Encuentra a un médico que la somete a hipnosis, pero la cuestión es si este doctor es real o sólo fruto de su imaginación para intentar salvarse de sí misma. La actriz, Sandrine Kimberlain fue nominada en los Premios Cesar como mejor actriz.

Una película imprescindible en relación con la hipnosis es Mesmer (1994), biopic sobre Franz Antón Mesmer y sus pioneras y poco ortodoxas técnicas. Nos encontramos en la Viena del siglo XVIII. El doctor pensaba que los tratamientos que se aplicaban en  tumores o para paliar el dolor eran demasiado agresivos y que se podían emplear otros menos agresivos y con mayor efectividad, entre ellos, el poder de la sugestión. Sus colegas pensaban que era excéntrico o loco y rechazaron sus teorías. Y ante el rechazo profesional y social, ha de probar sus técnicas con gente humilde sin recursos para acudir al médico. Su fama le viene cuando cura a una pianista con sus técnicas magnéticas.

 

 

La hipnosis sigue estando presente en el cine más reciente, por ejemplo, Lovelace, de 2013. Linda Lovelace es conocida fundamentalmente por su éxito como actriz porno en la película Garganta profunda en 1972. Posteriormente dejó el cine porno y se divorció de su marido al que acusó de haberla obligado a prostituirse y a dedicarse a la pornografía utilizando la violencia e incluso la hipnosis. Siguiendo con el cine reciente es preciso citar El hipnotista de 2012, aunque he de decir que me gustó más la novela. Se ha producido el salvaje asesinato de una familia y sólo ha sobrevivido un adolescente de 15 años. El comisario contrata a un experto en hipnosis que someterá a esta técnica al muchacho que se encuentra en estado de shock.

 

 

También se ha tratado la hipnosis en tono de comedia, como por ejemplo, en la película de Woody Allen: La maldición del escorpión de Jade de 2001. Briggs es un investigador de una compañía de seguros en el Nueva York de los años 40 del siglo XX, hipnotizado por el mago Voltan. El misterioso mago, con las palabras Constantinopla y Madagascar logra controlar la voluntad del personaje al que da vida Woody Allen, y le hace cometer robos que el propio Briggs tendrá que investigar.

 

 

Pero no es la única comedia en la que está presente la hipnosis, pues en España en 1941 José Luís Sáenz de Heredia rodó A mí no me mire usted que narra la historia de Anselmo, un maestro de escuela que es expulsado de su trabajo por su peculiar afición de hipnotizar a todo el mundo. Justo en ese momento recibe la noticia de que ha heredado una fortuna en América y decide cruzar el charco para recoger la herencia, sin embargo, cuando llega a América descubre que la herencia es una menudencia. Allí conoce a un frescales que le enseña a utilizar la hipnosis con gran éxito y consigue volver millonario a su pueblo.

Antes he comentado que en los inicios del cine han aparecido personajes malvados que utilizan la hipnosis para controlar la mente y la voluntad de otros con fines delictivos, pero en los años 20 también contamos con comedias, por ejemplo una película de Gregory La Cava de 1927 titulada Loco de atar que cuenta la historia de un pobre hombre, un tipo apodado del que todos se aprovechan: su esposa, sus hijos, la gente de su trabajo, hasta su perro. Un día se encuentra con un hipnotizador de forma casual y esto cambiará su vida por completo.

Entrando en el género documental un ejemplo interesante es la producción española El misterio de Fassman de 2011 que analiza la vida del profesor Fassman y de su profesión de hipnotizador. De un pequeño pueblo de los Pirineos que se enroló en el mundo del circo, intervino en numerosos espectáculos teatrales, intervino en el cine y en la televisión y muchos consideran que se convirtió en el mejor hipnotizador de origen hispano.

Y tampoco falta la presencia de la hipnosis en el cine de animación, por ejemplo, en el corto de dibujos animados titulado: El hipnotista loco, de 1942, en la que Elmer quiere cazar a Buggs Bunny mediante técnicas de hipnotismo, y aunque se las promete muy felices su plan acabará fallando. Y también el episodio "El hipnotista" de Popeye el Mario, que podéis ver en el siguiente vídeo.

 

 

Otros títulos en los que aparece la hipnosis son Entreacto, de 1989, la película argentina Fascinación de 1949, la yugoslava Man is not a bird de 1965, y otros muchos títulos que sería largo enumerar y que guardaré para una próxima entrada del blog. Simplemente para terminar quiero comentar una anécdota que aparece en el libro de David Niven del que os hablé recientemente y que me está fascinando: David Niven. Mis años locos en Hollywood. En el libro Niven hace referencia a mi ídolo Cary Grant, al que describe como un hombre perfeccionista y preocupado por los demás y que confiaba mucho en la hipnosis. A continuación voy a copiar un párrafo de este magnifico libro: "Él al paso de los años, hizo constantes y generosos esfuerzos para enderezar mi vida, comunicándome los escollos y peculiaridades de diversas señoras, dándome complejos consejos acerca de la manera en que debía interpretar mi papel en una película que hacia con él, diciéndome qué acciones debía comprar cuando ni siquiera podía permitirme el lujo de pagar una llamada telefónica a un agente de Cambio y Bolsa, y prometiéndome que, mediante el hipnotismo, me curaría la afición a beber whisky. Estas ofertas eran espontáneas y sinceras, y si bien poco sirvieron para mejorar mi modo de ser, al menos me permitieron advertir que Cary no sólo empleaba mucho tiempo preocupándose e sí mismo, sino que todavía más era el tiempo que destinaba a los demás". Posteriormente añade que Cary Grant dejó de fumar gracias a unos ejercicios de hipnosis. En concreto, el protagonista de La fiera de mi niña, La pícara puritana, Encadenados o Con la muerte en los talones, repitió durante semanas la siguiente frase: "tienes los dedos amarillos, el aliento te huele mal, y fumas, solamente, debido a que te sientes inseguro". Y David Niven añade en su peculiar e interesante libro de memorias: "Esto nos impresionó tanto a todos que no tardó en llegar el momento en que nos encontramos tumbados en la alfombra de su sala de estar, como atunes varados en la playa, esperando que Cary nos despertara del sueño hipnótico".