Zen y su madre se trasladan a una de las zonas más humildes de Bangkok, al lado de un centro de enseñanza de Muay Thai, donde Zen demuestra un gran interés, casi podríamos decir que obsesivo, por las artes marciales. Se pasa el día viendo películas, viendo la misma escena una y otra vez. A su vez, esta niña con autismo tiene una especial capacidad para concentrarse y escuchar cosas que a los demás les pasan totalmente desapercibidas. La relación entre Moom (el primo) y Zen es interesante, en ningún momento Moom la trata como si fuese un ser especial, de hecho se aprovecha de las habilidades de su prima para hacer un pequeño espectáculo callejero y obtener algún dinero. Aspecto muy mal visto por Zin, ya que como madre entiende que eso puede ser algo peligroso para su hija. Todo cambia cuando Zin enferma de cáncer y no tiene dinero para pagar su tratamiento. Casualmente Moom descubre una libreta en la que aparecen los nombres de personas que le deben dinero a Zin y los dos primos deciden cobrarlo.
Según manifestó el director su objetivo con esta película es mostrar la necesidad de normalizar la vida de las personas con autismo.
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