El Hombre terminal (1974) es una película de ciencia ficción basada en una novela de 1972 de Michael Crichton (Parque jurásico, la amenaza de Andrómeda, Coma), médico y escritor del que ya hemos hablado en este blog. El director de esta película es Mike Hodges, responsable también de títulos como Asesino implacable o Croupier.
En este título los avances científicos han hecho posible el control de la mente, pero a veces la ciencia o los científicos pierden el control y entonces es cuando surgen los problemas. El protagonista es Harry Benson (George Segal), un científico experto en ordenadores que tiene epilepsia con episodios violentos de los que no guarda recuerdo alguno, y que se somete, cual conejillo de indias, a una cirugía cerebral que se encuentra en fase experimental, y que tiene el propósito de poner fin a unos ataques potencialmente peligrosos y que le empujan a una agresividad homicida.
Se le implantan en el cerebro 40 electrodos para contrarrestar sus impulsos violentos, pero la mente es más poderosa que las operaciones quirúrgicas y los experimentos y se rebela. Además desarrolla un comportamiento paranoico que le hace creer que las computadoras conspiran para poder controlar a la humanidad. El experimento con el "microordenador cerebral" para controlar la agresividad fracasa y los ataques violentos vuelven a producirse, haciendo que Harry busque venganza.
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