Pin: esquizofrenia paranoide

Ayer vi la película Pin de Sandor Stern, filme canadiense de 1988 con guión de Andrew Neiderman, y del propio director. El responsable de la música fue Peter Manning Robinson y de la fotografía se encargó Guy Dufaux.

Entre los actores de la película contamos con: David Hewlett, Cynthia Preston, Terry O'Quinn, Bronwen Mantel, John Pyper-Ferguson, Helene Udy, Patricia Collins, Steven Bednarski, Katie Shingler,  y Jacob Tierney.

Desde que eran niños, León y Úrsula aprendieron de su padre a escuchar consejos importantes de Pin (por Pinocho), un muñeco anatómico que el doctor tenía en su consulta. Los niños viven en una familia británica modelo, el padre médico, preocupado por la educación de sus hijos, y la madre una mujer obsesionada por la limpieza. Lamentablemente los padres fallecen en un tragico accidente de tráfico, y León continúa manteniendo una estrecha relación con Pin,  al que cree un ser vivo, habla con él, le pide consejo y lo tiene en su casa como si fuera un amigo. León padece una esquizofrenia paranoide pero su hermana no quiere internarlo, pese a los consejos de su novio, y claro, esta situación terminará desencadenando una tragedia.

La película es bastante realista y muestra los hechos de forma sencilla y natural, sin grandes sustos, sin finales sorprendentes o exagerados. También se nota que no contó con mucho presupuesto, pero pese a que los medios fueran escasos se consigue un resultado digno. De todas formas se podrían haber obtenido mejores resultados pues los ingredientes son buenos.

León desde niño idealizó a Pin y llegó a desarrollar una dependencia malsana y muy contraproducente. Mientras que su hermana se dio cuenta enseguida de que Pin no era más que un maniquí y que era su padre el que hacía de ventrilocuo, León vio en Pin al amigo que le faltaba y que le daba los consejos que su propio subconsciente elaboraba.