Recientemente he incorporado a mi videoteca esta película, La tragedia de Louis Pasteur (1936), un biopic o película biográfica sobre la vida de este importante científico. El filme me ha gustado, me ha parecido sobrio, bien interpretado, realista y con la pretensión de dejar una moraleja, como la importancia del esfuerzo, el no cerrarse ante los nuevos descubrimientos, el tesón, etc. Aunque en algunos momentos el protagonista se muestra excesivamente serio, creo que Paul Muni realiza un gran papel por el que fue merecedor del Oscar de la Academia.
Si queréis saber más sobre este químico francés y sus investigaciones podéis consultar los siguientes enlaces:
Biografía de Louis Pasteur
120 años del Instituto Pasteur
La generación espontánea
Louis Pasteur, una vida singular
En el siguiente vídeo documental podremos conocer algunos detalles sobre la vida de Louis Pasteur, sus descubrimientos más relevantes que han contribuido a salvar tantas vidas, y en concreto su oposición a la teoría de la generación espontánea, al tiempo que defendía la teoría de unos microorganismos causantes de enfermedades.
El Dvd se acompaña de un completo libreto ampliamente ilustrado, detalle que como buena coleccionista siempre me gusta encontrar.
El libreto Nos presenta en primer lugar la ficha técnica de la película, el argumento y después desarrolla los siguientes apartados: el biopic según Dieterle & Muni, Un realizador misterioso, y Uno de los 10 mejores filmes de 1936.
Título original: The story of Louis Pasteur
Año: 1936
Director: William Dieterle
Productor: Henry Blanke
Guión: Sheridan Gibney y Pierre Collings
Fotografía: Tony Gaudio
Música: Leo B. Forbstein
Montaje: Ralph Dawson
Dirección artística: Robert M. Haas
Duración: 86 min
Si queréis saber más sobre este químico francés y sus investigaciones podéis consultar los siguientes enlaces:
Biografía de Louis Pasteur
120 años del Instituto Pasteur
La generación espontánea
Louis Pasteur, una vida singular
En el siguiente vídeo documental podremos conocer algunos detalles sobre la vida de Louis Pasteur, sus descubrimientos más relevantes que han contribuido a salvar tantas vidas, y en concreto su oposición a la teoría de la generación espontánea, al tiempo que defendía la teoría de unos microorganismos causantes de enfermedades.
El Dvd se acompaña de un completo libreto ampliamente ilustrado, detalle que como buena coleccionista siempre me gusta encontrar.
El libreto Nos presenta en primer lugar la ficha técnica de la película, el argumento y después desarrolla los siguientes apartados: el biopic según Dieterle & Muni, Un realizador misterioso, y Uno de los 10 mejores filmes de 1936.
Título original: The story of Louis Pasteur
Año: 1936
Director: William Dieterle
Productor: Henry Blanke
Guión: Sheridan Gibney y Pierre Collings
Fotografía: Tony Gaudio
Música: Leo B. Forbstein
Montaje: Ralph Dawson
Dirección artística: Robert M. Haas
Duración: 86 min
La película, que obtuvo 3 Premios Oscar, fue dirigida por William Dieterle y protagonizada por Paul Muni en el papel del Dr. Pasteur. A Muni le acompañaron en el reparto Josephine Hutchinston, Anita Louise, Donald Woods, Fritz Leiber, entre otros.
El título original de la película es The story of Louis Pasteur, pero en España se tradujo como La tragedia de Louis Pasteur. Esa tragedia no se refiere a tragedias personales sino a la incomprensión que sufrió en su tiempo, y que se resalta mucho en la película, mostrándolo como héroe que quiere el bien para la humanidad, pero también como mártir, que tiene que aguantar la ignorancia, la prepotencia y el desprecio de muchos.
El título original de la película es The story of Louis Pasteur, pero en España se tradujo como La tragedia de Louis Pasteur. Esa tragedia no se refiere a tragedias personales sino a la incomprensión que sufrió en su tiempo, y que se resalta mucho en la película, mostrándolo como héroe que quiere el bien para la humanidad, pero también como mártir, que tiene que aguantar la ignorancia, la prepotencia y el desprecio de muchos.
En este filme la Warner puso todos los medios y se rodó la película con todo lujo, y como ya he mencionado anteriormente consiguió 3 Oscars, uno de ellos a la mejor interpretación masculina (Paul Muni). En la siguiente fotografía vemos al actor recogiendo el Oscar por su papel en esta película.
En la década de los 30 del siglo XX, el género biográfico era muy popular y la Warner apostó por los biopics, principalmente de científicos y literatos. Dieterle y Muni formaron un buen tándem.
En 1935 trabajaron juntos en la película policíaca Dr. Sócrates. En este caso Paul Muni daba vida a un médico de una tranquila localidad rural, al que una banda de malhechores obliga a que les cure sus heridas, un papel muy distinto al que realizó en 1932 en Scarface, el terror del hampa, donde dio vida a Tony Camonte, un gangster (Howard Haws). En 1936 Dieterle y Muni volvieron a reunirse para rodar la película biográfica sobre Pasteur, que es hoy protagonista de esta entrada del blog. Pero habría nuevas ocasiones de trabajar juntos y nuevas películas biográficas, género que se les daba muy bien. Un año después vendría Zola (1937) y en 1939 rodarían Juárez. Además Dieterle ya había rodado un biopic en 1932, Madame DuBarry, centrado en la vida de la amante de Luís XV y la corte de Versalles. En 1936, el mismo año del rodaje del filme sobre Pasteur, se encargó de la dirección de la película El ángel blanco, protagonizada por Kay Francis, sobre la vida de Florence Nightingale (1820-1910). En 1939, además de Juárez rodó Dr. Ehrlich's magic bullet (sobre el doctor que descubrió el tratamiento de la sífilis), y en 1940 A Dispatch from Reuters (sobre la agencia de noticias), ambas con Edward G Robinson.
Dieterle también dirigió otros filmes como Esmeralda la zíngara (1939), Jennie (1948), Salomé (1953) y La senda de los elefantes (1954), entre otros.
El director se formó en Alemania, fue actor, tuvo su propia compañía y finalmente trabajó tras las cámaras llevando muchas ideas innovadoras a los Estados Unidos.
Por su parte, Paul Muni protagonizó, a las órdenes de Charles Vidor, Canción inolvidable (1945), dando vida a Chopin.
Se buscaba una película con mensaje, Dieterle daba un toque humanístico a sus realizaciones y lo demostraría en numerosos biopics, sobre Florence Nightingale, Zola, Juárez, Ehrlich o Wagner. Se dudó si poner más énfasis en aspectos románticos o científicos y se optó por la segunda opción. Algo se muestra de su vida familiar pero sólo superficialmente, y el foco se coloca en las investigaciones del protagonista.
En la década de los 30 del siglo XX, el género biográfico era muy popular y la Warner apostó por los biopics, principalmente de científicos y literatos. Dieterle y Muni formaron un buen tándem.
En 1935 trabajaron juntos en la película policíaca Dr. Sócrates. En este caso Paul Muni daba vida a un médico de una tranquila localidad rural, al que una banda de malhechores obliga a que les cure sus heridas, un papel muy distinto al que realizó en 1932 en Scarface, el terror del hampa, donde dio vida a Tony Camonte, un gangster (Howard Haws). En 1936 Dieterle y Muni volvieron a reunirse para rodar la película biográfica sobre Pasteur, que es hoy protagonista de esta entrada del blog. Pero habría nuevas ocasiones de trabajar juntos y nuevas películas biográficas, género que se les daba muy bien. Un año después vendría Zola (1937) y en 1939 rodarían Juárez. Además Dieterle ya había rodado un biopic en 1932, Madame DuBarry, centrado en la vida de la amante de Luís XV y la corte de Versalles. En 1936, el mismo año del rodaje del filme sobre Pasteur, se encargó de la dirección de la película El ángel blanco, protagonizada por Kay Francis, sobre la vida de Florence Nightingale (1820-1910). En 1939, además de Juárez rodó Dr. Ehrlich's magic bullet (sobre el doctor que descubrió el tratamiento de la sífilis), y en 1940 A Dispatch from Reuters (sobre la agencia de noticias), ambas con Edward G Robinson.
Dieterle también dirigió otros filmes como Esmeralda la zíngara (1939), Jennie (1948), Salomé (1953) y La senda de los elefantes (1954), entre otros.
El director se formó en Alemania, fue actor, tuvo su propia compañía y finalmente trabajó tras las cámaras llevando muchas ideas innovadoras a los Estados Unidos.
Por su parte, Paul Muni protagonizó, a las órdenes de Charles Vidor, Canción inolvidable (1945), dando vida a Chopin.
¿Pero fue esta la primera película sobre Louis Pasteur? Si nos remontamos un poco en la historia del cine, descubriremos que este no fue el primer filme sobre este químico francés. En 1922 se rodó en Francia Pasteur, con motivo de la celebración del centenario de su nacimiento. Se trata de una película muda dirigida por Jean Epstein y Jean Benoit Lévy con guión de Ed Épardaud que fue interpretada por Charles Mosnier, Jean Rauzena, Robert Tourneur y Maurice Touzé.
Pero no fue esta la única película sobre Pasteur, pues en 1935 se filmó en Francia otra obra sobre este científico, con Sacha Guitry y Fernand Rivers, en la que el propio Guitry firmó el guión. Entre los intérpretes Beuve, Henry Bonvallet, Gaston Dubosc y Armand Lurville. En este título se tergiversa un poco la historia, predominan largos y aburridos monólogos y un detalle curioso es la ausencia de personajes de sexo femenino, que sí vemos, sin embargo, en la película que hoy nos ocupa, por ejemplo la esposa del investigador o su hija.
Un año después vendría La tragedia de Louis Pasteur, pero posteriormente, en 1947 en Francia se rueda un corto titulado Pasteur (Jean Painlevé), y en 1995 se estrenó una producción para la pequeña pantalla Pasteur, cinq années de rage (Luc Béraud), sobre los últimos años de la vida de Pasteur, en la que podemos ver sus investigaciones sobre la rabia. Hay quien la ha criticado y tachado de mediocre, con pobres interpretaciones, muchas discusiones médicas y un trato superficial de la personalidad del científico francés.
Os dejo un vídeo de Pasteur, retrato de un visionario
Os dejo un vídeo de Pasteur, retrato de un visionario
Y también se han empleado las películas de animación para enseñar a los más pequeños quien fue este gran científico. Veamos a continuación unos vídeos.
Pero centrémonos en nuestra película. El filme comienza con una escena en la que un médico de cierta edad está preparando su maletín, introduciendo en él el instrumental que trata de forma descuidada, limpiándolo con su chaqueta. Cuando una de sus herramientas de trabajo se le cae al suelo sopla un poco como para quitarle alguna pelusa y lo frota con sus manos. Justo en ese momento un caballero le pega un tiro, e inmediatamente vemos cómo lo juzgan por este asesinato. Como defensa alega que le ha quitado la vida porque él mató a su mujer, le pegó con sus sucias manos la fiebre puerperal, y enseña a todos un panfleto firmado por Louis Pasteur que dice:
"Médicos, cirujanos, lavad vuestras manos, hervid vuestro instrumental, los microbios causan enfermedad y muerte a vuestros pacientes"
Louis Pasteur, un ejemplo de minuciosidad
En Érase una vez...los inventores se dedicó un episodio a Pasteur y los microorganismos.
Podemos comentar algunos datos curiosos sobre nuestra película del mes, por ejemplo, que costó 300.000 dólares, que puede parecer mucho para aquellos tiempos, pero hay que decir que otras películas contemporáneas tuvieron presupuestos de un millón de dólares.
EL rodaje duró 5 semanas y se emplearon decorados de otras producciones. La Warner en principio no confiaba mucho en el éxito de la película, e incluso circulaba la leyenda urbana de que Jack L. Warner preguntó que quien era Pasteur, si se trataba de un lechero, por aquello de la pasteurización. Pese a las dudas iniciales el resultado fue excelente y el biopic consiguió 4 nominaciones y 3 Premios Oscar, al mejor actor protagonista, al mejor guión y argumento original. perdió el de mejor película, que consiguió ese año El gran Ziegfeld.
¿Y qué tal le fue en taquilla? Hay que decir que le fue muy bien porque recaudó más de lo invertido, y no sólo le fue bien en taquilla, también obtuvo buenas críticas y el New York Times la incluyó entre las 10 mejores películas del año.
Es verdad que ese año se les escapó el premio a la mejor película, pero lo obtendrían el año siguiente con la película biográfica sobre Zola, que también obtuvo los premios a mejor actor secundario y mejor guión.
Pero centrémonos en nuestra película. El filme comienza con una escena en la que un médico de cierta edad está preparando su maletín, introduciendo en él el instrumental que trata de forma descuidada, limpiándolo con su chaqueta. Cuando una de sus herramientas de trabajo se le cae al suelo sopla un poco como para quitarle alguna pelusa y lo frota con sus manos. Justo en ese momento un caballero le pega un tiro, e inmediatamente vemos cómo lo juzgan por este asesinato. Como defensa alega que le ha quitado la vida porque él mató a su mujer, le pegó con sus sucias manos la fiebre puerperal, y enseña a todos un panfleto firmado por Louis Pasteur que dice:
"Médicos, cirujanos, lavad vuestras manos, hervid vuestro instrumental, los microbios causan enfermedad y muerte a vuestros pacientes"
Más adelante vemos en pantalla a un grupo de sesudos doctores que discuten sobre este hecho y discuten que permitir ejercer su profesión a Pasteur puede hacer que la Medicina se convierta en algo peligroso, pues de momento ya ha causado la muerte de un colega. No se plantean si lo que dice Pasteur puede ser algo razonable, o si sería preciso desarrollar alguna investigación para comprobarlo. Lo cierto es que muchas mujeres mueren tras el parto por fiebre puerperal y no se plantean que pueda deberse a la falta de higiene. No creen en la existencia de microbios y sí en la teoría de la generación espontánea.
"¿Esos seres microscópicos existirán de verdad? Los organismos microscópicos son bien conocidos, se crean espontáneamente cuando hay putrefacción, son el resultado y no la causa de la enfermedad".
El Dr. Charbonnet es uno de los principales detractores de las teorías de Pasteur y llega a decir a Napoleón III y a su esposa: "Si me vieran hervir los instrumentos o lavarme las manos me tomarían por un hechicero y debería salir del hospital", pero entonces los reyes le preguntan por qué tanta gente sale muerta del hospital.
Pasteur, pese a la oposición de todos, no se rinde e insiste en el poder devastador de los gérmenes que matan a 3 de cada 10 mujeres de fiebre puerperal, e París 20.000 inocentes por año, que podrían salvarse con lavados de manos y cuidado del instrumental. Para el químico basta como prueba con el alto número de fallecimientos, pero lo cierto es que ha de descubrir el germen.
Semmelweis afirmaba que en cada caso de fiebre puerperal el médico o la comadrona habían tenido contacto con otro enfermo.
Para Pasteur el primer objetivo era encontrar el microbio para poder destruirlo.
Un día llega una invitación del Emperador para que Pasteur acuda al Palacio de las Tullerías. Por el camino el cochero para un momento en su casa pues su mujer se muere de fiebre puerperal. La comadrona dice que es la providencia, pero Pasteur le contesta que es la ignorancia.
En el palacio el Emperador junta a Pasteur y Charbonnet y anima al primero a exponer sus ideas mientras la emperatriz, con otras damas, miran curiosas por el microscopio, y él dice: "Señor, los hospitales de París son nidos de parásitos. Los médicos llevan la muerte a donde van". Además añade que proliferan en la suciedad. Su detractor replica con tono de burla "Usted habla de microbios, su zoológico invisible",y no puede creer que un microbio más pequeño que una pulga pueda matar a una persona, sería como decir que un ejército de hormigas se comería el Imperio (Esto no lo tengo yo tan claro, que he visto varias veces Cuando ruge la marabunta). Además le acusan de que su panfleto ha causado la muerte de un médico, o de ejercer una medicina atípica sin ser médico. Pasteur no se queda callado y se defiende diciendo que él no ejerce la Medicina y que lo único que hace es esforzarse en dar término a la negligencia de los médicos.
Le dicen que sus trabajos con relación a la fermentación del vino han sido muy beneficiosos para Francia y que se quede en su terreno, que cada vez que quiera escribir algo lo tendrá que mandar previamente a la Academia de Medicina, único garante de la salubridad de Francia. EL Emperador le pide que se retracte del panfleto o sufrirá su descontento, por lo que decide dejar París. Antes de marcharse se le presenta un joven, Jean Martel, médico y cirujano, diplomado en la Escuela Normal, doctor por la Sorbona como higienista y miembro de la Asociación Internacional de Médicos y le dice que le cree. El joven es ayudante de Charbonnet pero lo considera idiota, pero Pasteur le dice que respete a su maestro y no lo ridiculice. En ese momento Pasteur no puede ni sospechar que en el futuro Martel se convertirá en su yerno.
1870, guerra franco-prusiana. Mientras los hombres se matan, Pasteur lucha contra los microbios, el único enemigo de la humanidad. Se ve cómo descuelgan el retrato del Emperador y cuelgan el de Louis Adolphe Thiers, el primer presidente provisional de la tercera república. Tras la guerra las arcas están vacías y el presidente se pregunta cómo podrán conseguir dinero pues las fábricas están paradas, las granjas abandonadas y hay una epidemia que diezma el ganado y cuesta millones. Sólo han recibido fondos de Arbois, una pequeña población cuyo ganado no está afectado. El Dr. Radisse atribuye esto a la buena fortuna, que es algo de la providencia, que viene de Dios y por ese motivo sería más bien una cuestión para los teólogos, pero aun así, le piden que vaya y lo investigue. Y resulta que es Pasteur el responsable de que no enfermen pues ha encontrado la vacuna y así las ovejas de su pueblo no enferman de carbunco. Radisse se mete con él y le dice que no haga más experimentos, pero Martel, que le ha acompañado, decide quedarse por las investigaciones pero también por la hija de Pasteur, con la que en el futuro se casará.
Radisse lo que piensa es que la tierra es buena y que hay que llevar allí el ganado y empiezan a llevar ovejas de todas partes, pero Pasteur afirma que la tierra está contaminada y que si las ovejas viven es porque han sido vacunadas. Por su parte, Martel defiende a su futuro suegro en la Academia de Medicina, aunque el Dr. Charbonnet replica que en realidad no logró llegar a probar todo lo que decía sobre la fiebre puerperal. Pero varios médicos se ponen en pie y dicen que si hay remedio para el ántrax que está diezmando el ganado y produciendo tan graves problemas económicos, ellos quieren conocerlo. Entonces el Dr. Rossignol propone un experimento. Se cogerán 50 ovejas, 25 serán vacunadas y otras 25 no. Se inoculará el ántrax y se verá que sucede. Plantean un ensayo clínico con su grupo control. Piensan que el carbunco se produce en el interior del organismo, no se plantean que tenga que ver con factores externos.
Son muchos los que acuden a ver el experimento, algunos pensando que van a ser testigos del fracaso de Pasteur. Hasta acude Lister, de Inglaterra, gran admirador del trabajo del químico francés. A las 48 h las ovejas no vacunadas fallecen mientras que las que fueron vacunadas están vivitas y coleando. Roux y Pasteur se abrazan de alegría y emoción pues al fin les creerán. Algunos se acercan a pedirles disculpas. Conoce a Joseph Lister y le dice que ha leído sus trabajos sobre antisépticos, a lo que el inglés le contesta: "Es gracias a usted. Es un guía formidable". Ambos seguirán en contacto, y así lo vemos en el filme, por ejemplo en una escena en la que Pasteur recibe una carta de Lister con su felicitación por un artículo que ha publicado sobre la causa de las enfermedades infecciosas.
En la siguiente imagen podemos ver a Joseph Lister, padre de la antisepsia.
En estas alguien grita que una persona ha sido mordida por perro rabioso, y esto hace que Pasteur se planteé buscar una cura para la rabia. La persona que ha sufrido la mordedura es conducid a una curandera, que realiza una serie de conjuros y rituales supersticiosos para sanarle y le queman la herida. Pasteur empieza a pensar ¿Cómo se podría curar?.
Un año después sigue investigando sin éxito, aunque en los periódicos se publica, de una forma sensacionalista que Pasteur promete la cura de la rabia. En el extranjero es alabado por muchos, no así en Francia, donde sus investigaciones generan acalorados debates. Charbonnet lo critica pero hay otros que empiezan a defenderlo, sobre todo tras su éxito con el carbunco, aunque su enemigo contraataca diciendo que son trucos de charlatán, quitándole todo mérito.
Zaranov, un doctor ruso, quiere estudiar los trabajos de Pasteur pues en Rusia tienen un grave problema pues muchos campesinos son atacados por lobos rabiosos, y le gustaría que se encontrara la cura pues son muchos los afectados. Aunque el enemigo de Pasteur niega la teoría de los microbios, finalmente deciden ir todos a su laboratorio para ver si han avanzado sus investigaciones sobre la hidrofobia. Él cuenta sus teorías pero Charbonnet se burla e incluso se inocula esos supuestos gérmenes de los que habla Pasteur. Al escéptico doctor no le ocurre nada y Pasteur no se lo explica, pero es su esposa la que le da la clave, quizás esa muestra llevaba muchos días y se había atenuado, y eso es lo que le lleva a pesar que esos gérmenes atenuados podrían servir de protección. Así lo prueba con un niño desahuciado tras ser mordido por un perro rabioso, a pesar de que le podrían haber acusado. Ante las posibilidades que plantean sus tratamientos se presentan muchos campesinos rusos buscando curación y él salvará a muchos de ellos, pero antes de eso, cuando la hija de Pasteur está a punto de parir no encuentran médicos y finalmente el químico recurre a Charbonnet pero le obliga a hervir el instrumental y a lavarse las manos cuidadosamente, él acepta siempre y cuando Pasteur se comprometa a que si en un breve plazo no encuentra cura para la rabia se retractará públicamente.
Pasteur trabaja sin descanso y sufre un ictus, quedando con el lado izquierdo ligeramente paralizado. Charbonnet le recomienda reposo, pero Pasteur, en cuanto recobra la conciencia se dirige al hospital para intentar ayudar a todos los campesinos rusos que pueda. Algunos de ellos han fallecido esperando que la Academia aprobara el tratamiento. Al fin ha sido aprobado, aunque tarde para algunos. Al final Charbonnet, su principal detractor, le dice que desea conocer su tratamiento para la hidrofobia.
Tras el rotundo éxito Pasteur recibe un homenaje en el que se recalca su valía y los millones de personas que se salvarán gracias a él. Lister es el que habla en el homenaje y todos aplauden entusiasmados, incluso Charbonnet. "Señor Pasteur, le saludo en nombre de la humanidad".
En este acto recibe una condecoración en nombre del zar de Rusia, en agradecimiento por su ayuda inestimable a los campesinos rusos.
Pasteur toma la palabra y se dirige específicamente a los jóvenes, a los futuros médicos, que no se dejen contaminar por escepticismo estéril, ni se vengan abajo por la tristeza de ciertos días. También les anima a no tener envidia y a recordar que ninguna teoría científica ha sido aceptada antes sin oposición. La película finaliza con todos en pie aplaudiéndole, mostrando así su triunfo, tras tanto trabajo, escepticismo e incluso desprecios y burlas.
Para más información podéis leer un artículo sobre esta película en la Revista de Medicina y cine:
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