Este verano he visto la película "La pelirroja indómita", protagonizada por Greer Garson (Niebla en el pasado, la señora Miniver) y Dana Andrews (Laura).
La historia se desarrolla en Nuevo México en 1880. Una mujer deja Boston y se dirige a Santa Fe, donde su hermano, teniente del ejército está destinado. Por el camino se estropea una rueda de su carro y la ayuda un grupo de vaqueros. Uno de ellos ve un maletín con las siguientes iniciales: "Dr. JW Garth" y le pregunta:
-¿Dónde está ese tipo?
-Ese tipo soy yo, precisamente
Se sorprende de que una mujer sea médico y todos comentan que es la primera vez que ven una.
En ese campamento de vaqueros tiene a su primer paciente, un anciano que le dice que le duele el pecho. Ella l pide que se quite la camisa y la camiseta, realiza una exploración mediante percusión y posteriormente procede a la auscultación mediante un fonendo. Se quedan asombrados y preguntan si es un nuevo invento, a lo que contesta que relativamente, que su uso aún no es corriente.
Al paciente le dice que no nota nada extraño, pero que no está en forma y que sería conveniente que dejara de fumar de beber y abandonara las juergas de los sábados. Ante estas recomendaciones todos ríen con ganas, excepto el paciente, y menos aún cuando la doctora le pide 10 dólares por la consulta.
¿En aquella época existía el fonendo? ¿Cuándo se inventó? ¿Quién lo inventó? Vamos a ver un poquito de historia...
¿Cuándo se inventó el estetoscopio?
René Laênnec, médico francés, inventó el fonendoscopio en 1816. En principio empleó un tubo de papel que ponía a modo de embudo sobre el pecho del paciente y que, posteriormente, fue perfeccionando, para escuchar mejor el latido cardíaco o los ruidos pulmonares. Lo denominó estetoscopio, derivado de los vocablos griegos stethos (pecho) y skopein (escuchar), y al método se le denominó auscultación, de auscultare (escuchar).
El neoyorkino George P. Camman desarrolló 25 años después el primer estetoscopio con un auricular para cada oído.
En esta imagen podemos ver un estetoscopio primitivo.
Y en esta otra imagen vemos a Laênnec auscultando a un niño.
Historia del fonendoscopio
Volviendo a nuestra historia hay que decir que la gente del pueblo espera a la doctora con curiosidad porque nunca han visto a una mujer médico, algo normal pues en esos años las mujeres tenían muy difícil estudiar una carrera universitaria, y más aún la carrera de Medicina. Os recomiendo una novela que leí hace años y me encantó, se titula Domina (Barbara Wood).
Una joven llamada Espuela, hija del médico local, que considera que la mujer no sirve para ser médico sino ama de casa, le lleva a un hombretón con dolor de muelas. La doctora le examina y le dice que le tiene que extraer la pieza y que le va a doler pues no tiene cloroformo, y entonces otro vaquero le da con la culata de su revólver en la cabeza para atontarlo. Tras quitarle la muela que le causaba grandes dolores le indica que se enjuague la boca con buen whiski cada 4h.
Este ha sido su primer paciente en el pueblo, el siguiente es un niño ciego que canta maravillosamente en el coro de la iglesia. Otros médicos lo han examinado sin éxito, pero ella no se rinde y habla con él y le explora. El niño afirma que sólo ve sombras. Su diagnóstico es que tiene tracoma y que se podrá curar con una técnica sencilla y tendrá que estar con medicación y con los ojos vendados al menos una semana.
El sacerdote del pueblo tiene un sueño, poder contar con un buen hospital, pues de momento tienen uno muy modesto improvisado en un antiguo establo atendido por unas monjas.
¿Cómo es su encuentro con el doctor del pueblo? Él tiene un percance con su calesa y se cae y ella le tiene que explorar y curar las heridas poniéndole un vendaje. Él le dice que se asfixia con una solución carbónica. A nuestra doctora la vemos preocupada por la asepsia. En cada actuación se lava las manos y emplea ácido carbónico para desinfectar. El médico, tras ser curado lee los diplomas que su colega tiene enmarcados en la pared. Colegio femenino de Filadelfia y otros diplomas obtenidos en Ginebra, París y Londres.
Se burla del pulverizador de Lister que utiliza. "Bobadas de Lister", dice despectivamente. La doctora le contesta que hasta le sorprende que haya oído hablar de él. Desinfectante lister, autoclave Líster, ácido carbónico Lister, antiséptcos Lister. ¿Cómo no se moria todo el mundo antes de lister? Le dice que es un charlatán.
La doctora explica que ejerció la Medicina en Boston, pero que tuvo que dejarlo por la intolerancia de los hombres, y decidió ir al Oeste para estar con su hermano y para ver si tenía mejor suerte en esas tierras salvajes y necesitadas de profesionales. Él por respuesta le dice que deje la medicina y se case, como si fueran cosas incompatibles.
Tiene que atender diversos casos, como el de una mujer que lleva un es postrada y que apareció escondida en la Iglesia, brutalmente golpeada, o a un herido por arma de fuego. Pide agua hirviendo y toallas, lo que suele pedirse también en cualquier parto cinematográfico que se precie. Recordemos, por ejemplo "Lo que el viento se llevó", que este año lo que se ha llevado es a la última superviviente de este rodaje, la centenaria Olivia de Havilland, de la que os hablaré próximamente en CINEMED.
Con su actitud enérgica, y su profesionalidad poco a poco se va ganando a todos, y principalmente al médico.
Al ver esta película me acordé de la serie La Dra. Quinn pues existen múltiples paralelismos. Ambas son de Boston, han estudiado Medicina en una escuela para mujeres de Filadelfia y han intentado ejercer la Medicina en su ciudad de origen con poca fortuna por el rechazo masculino. Ambas se dirigen al oeste buscando una nueva vida y la posibilidad de ejercer la profesión médica. La Dra. Quinn se encuentra con el barbero cirujano del pueblo y nuestra protagonista de hoy con un médico que no puede aceptar la competencia y menos aún de una mujer.