Recuerdo la primera vez que vi la película Esplendor en la hierba hace un montón de años. Me dejó un poso de tristeza y amargura, quizás porque el filme empezaba muy bien con una bonita historia de amor entre dos jóvenes atractivos y despreocupados, pero esa historia que quieres que salga bien se rompe y a partir de ese momento todo es sufrimiento, crisis mental, económica, sentimental...Esperaba un happy end, y quizás lo tiene, pero no el que yo deseaba, pero con el tiempo seguramente es un final más ajustado a la realidad pues no todo en la vida son edulcorados finales felices, con ese beso que pone punto final a una historia que nos ha mantenido atento en la butaca algo más de una hora. 
La frase de hoy es de Esplendor en la hierba, dirigida por Elia Kazan en 1961 y protagonizada por unos jovencísimos Warren Beatty y Natalie Wood.
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