A propósito de Henry (1991) es una película de Mike Nichols protagonizada por Harrison Ford y Annette Bening, sobre un abogado frío y autoritario capaz de cualquier cosa para ganar un juicio, incluso de ocultar pruebas. Tiene éxito profesional y gana mucho dinero, aunque en su vida familiar las cosas no van tan bien y está muy distanciado de su mujer.
Una noche va a comprar tabaco y resulta que en la tienda hay un atracador. Como se niega a darle su cartera el ladrón le pega un tiro en la cabeza y Henry está a punto de morir. Cuando despierta del coma no recuerda nada, no puede caminar, ni hablar y tiene que aprenderlo todo de nuevo.
En ese proceso de aprendizaje y rehabilitación cuenta con la ayuda de un fisioterapeuta muy simpático con el que se siente seguro y va progresando. Cuando ha de volver a casa tiene miedo. No recuerda ni a su mujer ni a su hija, no sabe lo que le espera fuera del recinto protegido del hospital, no recuerda su vida anterior, no tendrá cerca a su fisioterapeuta, todo es incertidumbre, novedad, temor ante lo desconocido. Volver al mundo exterior se le va a hacer difícil, además ya no le gusta la vida que llevaba antes, la ropa que utilizaba, el trabajo que desempeñaba. No sólo no le gusta su trabajo, no sabe desempeñarlo y siente que le mantienen en el despacho por pena y luego se burlan de él a sus espaldas, como ocurre en una fiesta a la que acude el matrimonio y escuchan una conversación humillante.
Lo mejor es sentir el apoyo de su mujer y de su hija. Antes la relación con ellas era fría y distante, y con su mujer estaba al borde del divorcio, pero ahora, con una vida mucho más sencilla, son más felices y tienen más tiempo para estar juntos.
La película nos muestra a un hombre con daño cerebral sobrevenido que inicialmente presenta problemas cognitivos, emocionales, motóricos. En algunos de sus déficit va mejorando, pero a pesar de sus progresos no puede volver a desempeñar el trabajo que realizaba. Puede hacer muchas cosas pero las hace lentamente y con torpeza.
La película tiene gran interés para observar la evolución del paciente, cómo va mejorando, cómo entrena la marcha o cómo vuelve a aprender a hablar, pero, salvo algunas escenas en las que siente el desprecio de los que le rodean (escena de la fiesta en la que unos antiguos amigos le critican), en general se le ve feliz, y no se muestran demasiado los problemas psicológicos y emocionales. Me gusta la visión positiva que se da. Es cierto que no puede volver a su vida anterior pero ¿Eso quiere decir que ha de ser desgraciado por ello? Quizás su vida anterior no era tan maravillosa, quizás pueda construirse una vida nueva mucho mejor y ser más feliz. Y es lo que hace Henry: empezar una vida nueva, dedicar más tiempo a su familia y a sí mismo e intentar que esa vida nueva sea mucho mejor que la anterior.
Os propongo una cuestión para reflexionar: ¿Os parece realista la visión que se da en el filme del daño cerebral y de la actitud de los implicados? podéis dejar vuestros comentarios, así como compartir qué os ha parecido la película.
Y os propongo una cosa más, que leáis el artículo que escribí sobre esta película en el blog Laboralnews en la sección Laboralcinema: A propósito de Henry en Laboralcinema
Y para terminar unas escenas de esta película
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