Ayer, día de Jueves Santo, al leer el suplemento de ABC: Alfa y Omega, vi una carta al director de Sabrina Di Scipio (Venezuela) que me gustó mucho y por ello quiero reproducirla en Cinemed. La carta lleva por título La realidad supera a la ficción y hace referencia a la película Amor, que compara con su historia personal. A continuación se reproduce textualmente la carta publicada en la página 10 .
Leí la crítica de Juan Orellana sobre la película “Amor”, en el número 815 de Alfa y Omega. Mi padre ha fallecido hace unas semanas, después de haber estado tres meses en una situación similar a la señora de la película: tras dos ataques, se quedó sin movilidad en el lado derecho, sólo que él no era muy consciente porque tenía problemas de memoria. La vida de mis papás, en estos tres meses, fue totalmente diferente a la de la pareja de la película: mi mamá no se separó ni un momento de mi padre (como el señor de la película), pero además nos tenía a mí y a mis hermanos todo el tiempo disponibles, más amigos, vecinos y familiares…y la certeza de un Dios bueno que te acompaña en todo esto. ¡Cuán diferente a lo de mi papá a esta película llena de soledad y nihilismo! No entiendo el título de Amor. ¿Amor a qué? El esposo se aplicó en cuidarla pero no fue capaz de pedir ayuda; la hija es una persona ahogada en sus propios problemas…En fin, si la película sirve de crítica a la sociedad, bien, pero otras críticas que he leído dicen que es una muestra de lo que significa la vejez ¿Qué dicen? ¡Qué triste es todo esto, y que, además, llenen de premios a la película!”
Es muy esperanzador pensar que lo reflejado por la película no es lo que ocurre siempre en la realidad. Una enfermedad, una situación dramática puede llegar a hundir a unas personas, y en otros casos unir más a una familia. A algunos les aleja de Dios pues le echan la culpa de su desgracia, mientras que a otros les acerca más a Dios al que piden ayuda para afrontar el problema, para amar más, para entregarse más, tal como Cristo se entregó hasta una muerte en cruz, como celebraremos mañana en el día de Viernes Santo.
En la carta al director que he reproducido se menciona un artículo sobre la citada película de Michael Haneke titulado Europa se hace la eutanasia. El artículo comienza así:
Amor, en un principio, parece un film sincero, auténtico, sobre la belleza del amor humano y sobre la grandeza tierna de la vejez, pero pronto se descubre que está lleno de rencor hacia la vida. El nihilismo del director alemán Michael Haneke es el nihilismo de la Europa cansada de sí misma, aburrida de mirarse al espejo, precisamente el nihilismo que encandila en los festivales del Viejo Continente «La película tiene muchos momentos verdaderos, pero se envilecen al ser utilizados como envoltorios de una gran mentira»
Juan Orellana, el autor del artículo, termina diciendo:
El acopio de reconocimientos que ha merecido este film deja claro que el triunfo cultural del marxismo en el siglo XX ha dejado paso, en el nuevo siglo, al triunfo del nihilismo. Europa, si aún existe más allá de una denominación geopolítica, se está haciendo la eutanasia.
Si queréis leer el artículo en su totalidad podéis hacerlo en el siguiente link. Merece la pena:
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