Acabo de volver a ver Ardid femenino, una deliciosa comendia de 1938 de George Stevens con James Stewart y Ginger Rogers en los principales papeles. También un actor que me encanta: Charles Coburn, que coincide también con Ginger Rogers en otra comedia: Mamá a la fuerza.
La madre del protagonista siempre que surge un problema simula que va a desmayarse, que le falla el corazoón, y esta treta le ha venido muy bien durante años para reclamar la atención de los que le rodean, pero también para evitar cualquier discusión y vivir tranquila.
Con frecuencia las simulaciones se realizan para obtener beneficios económicos como una indemnización o una baja laboral o una invalidez, pero ene ste caso, lo que buesca el personaje es conseguir la paz personal y familiar.
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