Diagnóstico asesinato además de ser una serie de televisión sobre un médico-detective al que da vida Dick Van Dyke, el deshollinador de Mary Poppins, es también una película dirigida en 1972 por Blake Edwards, y con James Coburn y Jennifer O'Neill en los papeles principales.
Acabo de volver a ver este filme en el que el anatomopatólogo Dr. Carey llega a un nuevo hospital. En el centro médico se está investigando la desaparición de morfina y además se produce un hecho terrible: la muerte de una joven de 15 años, hija del director, al parecer, tras serle practicado un aborto. Por este motivo un doctor amigo de Carey es encarcelado, pues él practica abortos ilegales. Sin embargo, Carey demuestra que la adolescente no estaba embarazada, en realidad tenía un tumor hipofisario que le había provocado una sintomatología que le había hecho pensar que estaba embarazada. Carey quiere llegar al fondo del asunto y salvar a su amigo, así que seguirá investigando pata hallar la verdad.
En esta película se plantean diversas cuestiones como la ética profesional, la práctica de abortos, el consumo de drogas y robo de medicamentos hospitalarios, etc.
Me gusta una escena en la que Carey está herido y le están atendiendo, y le dice al médico que le trata que dónde está la placa con su identificación, pues a los pacientes les gusta saber el nombre de su médico. Es un aspecto que me parece muy importante en la relación médico-enfermo, una consideración con el paciente.
La pelñícula es interesante y he pasado un buen rato con ella.
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