jueves, 9 de febrero de 2012

El hombre de Colorado


Henry Levin dirigió este western basado en un argumento de Borden Chase y se estrenó en Estados Unidos en 1948.
La acción comienza el 9 de abril de 1865, día de la rendición del general Robert E. Lee, que puso fin oficial a la Guerra de Secesión. El relato se desarrolla en tierras de Colorado, territorio fronterizo, que no se constituye en Estado hasta 1876, y es precisamente el territorio don de sucede la acción lo que da nombre a la película. esta narra la historia del coronel de infantería Owen Devereaux (Glenn Ford) y de su compañero de armas el capitán Del Stewart (William Holden), naturales de Colorado, y enamorados de la misma mujer, Caroline Emment (Ellen Drew). Al ser licenciados del Ejército, Owen es nombrado juez federal y Del, comisario general. En realidad Del se da cuenta de que a su amigo de toda la vida le ocurre algo, no es el de siempre, se ha convertido en un hombre violento al que le gusta matar, así que acepta el puesto para poder controlar a su amigo y además con la condición de que este no utilice armas. Owen tiene un comportamiento violento, derivado de la guerra, que le lleva a matar por encima de lo que le dictan la razón y la voluntad. Del, equilibrado y comprensivo, trata de apartarlo de las armas de fuego y se opone a sus frecuentes sentencias de muerte. Cuando Owen le dice que se va a casar con la chica a la que ambos aman, Del le pide que espere unos meses, que viaje, que haga una cura de reposo, que se recupere y que luego él será su padrino, pero Owen se enfurece pues no soporta que alguien le diga lo que él ya sospecha, que tiene algún problema mental derivado de la guerra, que le llevó a mandar matar a 100 hombres que habían sacado la bandera blanca el último día de la guerra.

La película, realizada tras la Segunda Guerra Mundial, en los primeros años de la Posguerra, se ve influida por ésta y su panorama de problemas de inserción laboral y social de los veteranos desmovilizados. La guerra había dejado en muchos de ellos heridas psicológicas derivadas del estrés bélico. Estos temas son recogidos en el filme aunque tratados en otro contexto histórico, el de la Guerra Civil americana (1861-1865). Son muchas las películas que han mostrados las secuelas físicas y psicológicas de la guerra, ya sea la Guerra de Secesión, la Primera o la Segunda Guerras Mundiales, la Guerra de Vietnam o la de Corea, entre otras, además de la que comentamos hoy podríamos citar otras muchas, como por ejemplo, Los mejores años de nuestra vida (William Wyler, 1946), Hombres (Fred Zinnemann, 1950), Johnny cogió su fusil (Dalton Trumbo, 1971), El Cazador (Michael Cimino, 1978), El Regreso (Hal Ashby, 1978), Nacido el cuatro de julio (Oliver Stone, 1989), o Forrest Gump (Robert Zemeckis, 1994), entre otras.

El Hombre de Colorado es considerado uno de los primeros westerns psicológicos. Con gran dramatismo nos muestra la huida hacia delante de un excoronel del ejército convertido ahora en juez, que ha sufrido un cambio psicológico radical, al parecer, como consecuencia de los efectos devastadores de la guerra y se ha convertido en un hombre cruel y sanguinario. Cada mal paso que da, cada mala decisión que toma, cada hombre que asesina o manda a la horca, le acercarán más y más hacia su fatal destino. Sus tendencias criminales le enfrentan a antiguos soldados y compañeros de armas, aldeanos y allegados, incluso su mejor amigo y su esposa están tristes y asustados por su comportamiento y sobre todo porque no se deja ayudar y querer. 

En la película aparece un médico al que llaman Doc, un hombre bueno y comprensivo que intenta ayudar y mediar y que utiliza su condición de médico para ayudar a Del cuando Owen le manda a prisión. En el maletín del doctor además de un estetoscopio cabe también un revólver para ayudar a Del a escapar d euna muerte segura.
La música, de G. Dunning ("Picnic", 1955), ofrece melodías sencillas, adaptadas a la acción de la película y que culminan en un tema orquestal ("El incendio"), de viento y percusión, dramático y sobrecogedor. La fotografía, de W. Snyder, consigue crear en algunos momentos ambientes claustrofóbicos, que complementa con imágenes expresionsitas del rostro de Glenn Ford.   

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