Son muchos los sistemas que se han ideado desde antiguo para
que aquellos que no pueden hablar sean capaces de comunicarse mediante
pictogramas, signos o sistemas informáticos sofisticados.
Se están desarrollando, por ejemplo, unos guantes con sensores para
transformar el lenguaje de signos en voz. Algo que parecía ciencia ficción en
la novela Congo de Michael Crichton, llevada al cine en los 80, ahora se está
haciendo realidad.
Otro ejemplo es el sintetizador de voz de Stephen Hawking
que podemos ver en la oscarizada película La teoría del todo.
Actualmente el Centro de Regulación Genómica de Barcelona,
la empresa Starlab y el Barcelona Research Art &Creation de la Universidad
de Barcelona están desarrollando un interesante proyecto para intentar
convertir las emociones en voz. El Brain Poliphony es un casco de neopreno y
sensores que se colocan sobre el mismo y en diversas partes del cuerpo, para
transmitir impulsos eléctricos, latidos cardiacos y actividad muscular a un
ordenador que mediante un software codificaría esos estímulos, diferenciando
los agradables de los desagradables, lo excitante de lo que produce relajación.
Una vez cruzada toda esa información se obtendría un sonido relacionado con dicha
emoción.
Este proyecto está en marcharon los científicos consideran
que necesitaran un año más para su desarrollo, aunque las primeras pruebas
realizadas en 15 personas sanas y en dos con afectación cerebral han ofrecido
unos resultados preliminares positivos. El paso siguiente será crear un
diccionario que ayude al sistema a convertir las sensaciones en palabras y dar
voz a los que no tienen voz.
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