El alcohol ha estado siempre presente en el cine. Se hicieron frecuentes en la gran pantalla imágenes en las que al llegar a casa después del trabajo lo primero que se hacía era servirse un trago del minibar, o se bebía en exceso en fiestas, o en reuniones varias, o el vaquero protagonista entraba en el saloon y pedía un whiskie.
En "la cena de los acusados", que iniciaría una serie de películas sobre un matrimonio millonario que en sus ratos libres se estretiene investigando casos criminales, la pareja protagonista bebe continuamente, incluso en una ocasión en que se despiertan por la noche, ella le pregunta si quiere que le prepare una copa. La pareja en cuestión estaba formada por Mirna Loy y William Powell.
En "Cocktail", protagonizada por Tom Cruise, se muestra el consumo de alcohol como algo lúdico y agradable, y todos nos hemos acostumbrado a la copa favorita de James Bond: un martini agitado pero no revuelto. En "Cita a ciegas" de Bruce Willis y Kim Basinger, Blake Edwards aborda el consumo excesivo de alcohol con un tono cómico, presentando a una bella joven que tiene una excesiva sensibilidad al alcohol.
Todo esto constituyen modelos para el público, que considera que es glamouroso beber, o que una persona es más atractiva con unas copas de más, o que si no se bebe uno no es un tipo duro, o que sin unas copas con los amigos es imposible integrarse y ser aceptado, o mil cosas más. Groucho Marx, siempre ingenioso y brillante dijo: "Bebo para hacer interesantes a las demás personas".
Pero el cine, además de mostrar el consumo de alcohol y generar modelos, en muchos casos negativos, también ha reflejado con mucha frecuencia el alcoholismo, la destrucción y el sufrimiento que esta adicción produce en la persona que lo sufre y también en su entorno.
En 1937 William A. Wellman dirigió "ha nacido una estrella" con Janet Gaynor, Fredric March, Adolphe Menjou y May Robson, de las que se hicieron otras dos versiones, una en 1954 y otra en 1975. La película narra la historia del ascenso al estrellato de una joven aspirante a actriz, mientras que el reconocido actor que se casa con ella cae en picado hacia el olvido y el alcohol.
Una escena que me parece impresionante es la del inicio de "Río Bravo", una maravillosa película del Oeste. que ensalza la amistad. En los primeros 4 minutos nadie habla y la cámara se recrea en mostrar la decadencia de un hombre, tiempo atrás gran pistolero, capaz de arrastrase y humillarse para conseguir una moneda con la que pagarse un trago. A mi entender es una escena sobrecogedora que muestra el estado de degradación al que puede conducir el alcohol.
Dean Martin interpreta su mejor papel en "Río Bravo" dando vida a un alcohólico. De este actor no debemos olvidar su faceta de cantante ¡Qué voz!
Otro western con alcohólico incluido es "El Dorado" (1967, Howard Hawks), en la que Robert Mitchum interpretaba a un sheriff que se refugiaba en la bebida a causa de un desengaño amoroso convirtiéndose en objeto de burla y descrédito en el pueblo hasta que llegaba John Wayne y le redimía. También es Wayne quien ayuda a Dean Martin en "Río Bravo".
El gran Billy Wilder dirigió en 1945 "Días sin huella" con Ray Milland y Jane Wyman, ganadora de 4 Oscars: mejor película, director, actor y guión adaptado, de las 7 nominaciones obtenidas. También obtuvo el globo de oro a la mejor película, y en el Festival de Cannes fue galardonada con el gran Premio del Festival y el premio al mejor actor.
Don Birnam (Ray Milland) es un escritor fracasado debido a su adicción al alcohol, que lo ha destruido física y moralmente y lo ha convertido en un hombre sin voluntad, capaz de todo con tal de conseguir dinero para seguir bebiendo, como robar sus amigos y a la mujer que le ama e intenta regenerarlo. También su hermano intenta ayudarlo a salir del alcohol, pero todos los intentos parecen estériles. La película muestra, con gran realismo, un episodio de delirium tremens.
En 1948 Akira Kurosawa presenta en "el ángel ebrio" a un doctor borracho que atiende a un mafioso con tuberculosis.
Otra gran película sobre el abuso alcohólico es "días de vino y rosas" (Blake Edwards, 1962) con Jack Lemmon y Lee Remick en los papeles de una pareja que cae irremediablemente en el infierno del alcohol.
Otros títulos a citar son "el borracho" (1987) protagonizada por Mickey Rourke y Faye Dunaway, o "Leaving las Vegas" (1995) en la que un hombre, tras perder a su familia, decide suicidarse bebiendo en la ciudad de las Vegas, o "El rey pescador" (1991).
Otro personaje al que le gustaba empinar el codo era aquel al que daba vida Dudley Moore en "Arthur, el soltero de oro" (1981, Steve Gordon) y "Arthur 2: on the rocks" (1988, Bud Yorkin), que se pasaba la vida de juerga en juerga hasta conocer a Liza Minnelli, enamorarse y cambiar de vida radicalmente. Curiosamente, los dos actores tenían también problemas con la bebida en su vida real.
También se pueden citar "la leyenda del santo bebedor" (1988, Ermmano Olmi), "Cuando un hombre ama a una mujer" (1994, Luis Mandoki) o "28 días" (2000, Betty Thomas), protagonizadas por Meg Ryan y Sandra Bullock, respectivamente.
El cine ha influido mucho en el consumo de alcohol y tabaco. Una copa en la mano o fumar un pitillo podía ser una imagen de clase, glamour y sensualidad y eso tenía muchos imitadores.
ResponderEliminarPero me da la sensación que está cambiando, antes en todas las películas de fumaba y como bien reflejas en el post los protagonistas siempre bebían y ahora se ve menos
ResponderEliminarLa entrada muy inetresante y muy completa.